miércoles, 2 de abril de 2014

Croquetas de espinacas

Por fin he vencido a mi archienemigo: la bechamel. Yo reconozco que tengo poca paciencia, pero es que siempre me salían grumos y acababa con mi masa grumosa en el cubo de la basura y con un humor, que pobre del que me preguntara si me habían salido buenas las malditas croquetas. Pero hoy después de no se cuantos intentos fallidos aquí las tenéis, espero que os gusten y que las disfrutéis tanto como yo.


INGREDIENTES

- 1 manojo de espinacas
- 1 cebolla (si es muy grande solo media)
- 300 ml. de leche
- 2 cucharadas de maizena
- Aceite de oliva
- Nuez moscada
- Pimienta
- Sal
- 1 huevo
- Pan rallado (marca Beiker)

PREPARACIÓN

Lavamos, troceamos y hervimos las espinacas. Las escurrimos y reservamos.
Cortamos la cebolla en trocitos pequeños y la freímos en una sartén antiadherente a fuego lento con tres cucharadas de aceite de oliva. Cuando este blandita añadimos las espinacas, sazonamos con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada y lo dejamos al fuego dos o tres minutos.

En la leche fría añadimos dos cucharadas de maizena y lo removemos hasta que este disuelta (así no se formarán los malditos grumitos). 

Subimos el fuego e incorporamos a las espinacas la leche y no  paramos de remover hasta que espese y se forme una masa. Quitamos del fuego y extendemos la masa en un plato que dejaremos enfriar al menos tres horas en el frigorífico.

Cuando la masa esté fría ya podemos moldear las croquetas. Con ayuda de una cuchara vamos cogiendo pequeñas porciones las pasamos por huevo batido y por pan rallado y vamos dandoles forma.
Ya por último las freímos en abundante aceite caliente hasta que estén doradas.



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