Dicen que si la vida te da limones, hagas limonada. Pero... ¿¿¿Y si te dan calabazas??? Sí. Me han dado calabazas. Y muchas!!! Pero lejos de tener el corazón roto, más bien lo que tengo es la cabeza loca de pensar que voy a hacer con ellas porque no paran de venir ideas a mi cabeza.
Estas calabazas son especiales. Traen suerte y prosperidad. Y a mi me han puesto una en cada escalón de la escalera que sube a mi casa. Y por lo pronto me ha salido un pastel buenísimo que espero que os guste.
INGREDIENTES
- 700 gramos de calabaza
- 100 gramos de mantequilla
- 150 gramos de azúcar
- 3 huevos
- Una cucharadita de canela molida
- Media cucharadita de nuez moscada
- Unas gotas de esencia de vainilla
- 150 gramos de harina
- Un sobre de levadura
- 3 cucharadas de leche condensada
- Un puñado de nueces
PREPARACIÓN
Pelamos y cortamos en trozos la calabaza. La ponemos en una cacerola y la cubrimos de agua. Seguidamente la ponemos al fuego hasta que este tierna. Llegado ese punto le escurrimos el agua y la trituramos para formar un pure y reservamos.
Antes de ponernos manos a la obra con la masa, encendemos el horno para que se vaya precalentando. Diez minutos a 180º, tiempo suficiente para preparar la masa y para que el horno este perfecto para hornear nuestro pastel.
Empezamos con la masa.
Batimos la mantequilla derretida con el azúcar. Cuando este integrado le añadimos los huevos de uno en uno batiendo bien antes de incorporar el siguiente.
Ahora ponemos la canela, la nuez moscada y la esencia de vainilla. La cantidad de esencia de vainilla dependerá de la intensidad de ella. La mía es muy intensa y basta con solo unas gotas.
Ahora mezclamos la harina con el sobre de levadura y lo tamizamos encima de nuestra mezcla. Batimos bien y le ponemos la leche condensada.
Ya solo queda añadir el pure de calabaza que iremos incorporándolo poco a poco y removiendo hasta tener una masa homogénea.
Ahora ponemos nuestra masa en un molde forrado con papel de horno y engrasado con mantequilla. El mio era desmontable de unos 30 cm de diámetro mas o menos.
Por último antes de meterlo en el horno le ponemos las nueces.
Un truco para que las nueces no se hundan en la masa y se queden en el fondo del pastel es pasarlas por harina y se quedaran donde las pongas.
Ahora sí. Lo metemos en el horno en el segundo nivel empezando por abajo con calor arriba y abajo durante 45 minutos a 180º.
Pasado ese tiempo le pinchamos con una varilla en el centro y si sale limpia pues lo sacamos. Que no!! pues lo dejamos unos minutillos más.
Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar antes de desmoldarlo.
Lo podéis comer tal cual o aderezarlo como más os guste. En la foto que veis le he puesto caramelo royal y esta de muerte!!! pero el sirope de chocolate tampoco le viene mal.